El personal en los centros de detención/penitenciarios debe estar siempre al corriente y preparado para hacer frente a los riesgos que se pueden enfrentar en el trabajo. El trabajo en estas instalaciones pueden ser muy estresante, tanto física como mentalmente para los guardias, custodios, o personal médico; también se corre el riesgo de exposición a ataques físicos o infección por fluidos corporales.

Exposición a fluidos corporales
La exposición a agentes patógenos transmisibles por la sangre por medio de salpicaduras o por contacto con sangre es un peligro grave cuando estalla la violencia. La exposición más común es una salpicadura de sangre u otros fluidos corporales a un ojo, nariz y la boca o una punción por mordedura, rasguño o herida grave. Si debe responder a estos incidentes de emergencias, use armadura corporal, mangas largas y pantalones largos para proteger su cuerpo. Los guantes y los anteojos/gafas de seguridad le protegerán contra una exposición accidental. Evalúe los diferentes tipos de equipos para garantizar que no obstaculicen su respuesta mientras se protege a sí mismo o a otros.

Evite situaciones en las que un recluso puede utilizar sangre, orina o heces para el ataque, mediante el uso de las técnicas apropiadas para ingresar a la celda de un recluso. Sepa qué debe hacer si resulta expuesto, a quien debe informarlo y cómo dar seguimiento a la atención médica. Con una vacuna contra la Hepatitis B, puede protegerse de contraer la enfermedad.

Si sospecha que un recluso tiene tuberculosis (TB), aíslelo y transpórtelo para recibir atención médica. Use protección respiratoria como un respirador N95 al entrar en las celdas de aislamiento o al trabajar con reclusos potencialmente infecciosos. Hágase una prueba de tuberculosis cada año para asegurarse de que no ha sido expuesto.

Su estado físico y mental
Manténgase en la mejor condición física posible y permanezca alerta cuando está en el trabajo. Recibir capacitación como el manejo de comportamiento agresivo para ayudar a controlar situaciones conductuales. Tenga un código de emergencia y un plan de respuesta para estos incidentes; practique el ejercicio de respuesta con frecuencia y en diferentes escenarios.

El nivel de alerta requerido y el carácter impredecible de los reclusos en su lugar de trabajo puede provocar estrés. Como ayuda para manejar el estrés, recuerde lo siguiente:

  • Manténgase en forma y con buena salud en general.
  • Reciba la capacitación que necesita para sentirse preparado y en control en el trabajo.
  • Hable de sus tareas de trabajo y situaciones estresantes con su supervisor para obtener orientación sobre cómo controlar el estrés.
  • Obtenga consejería individual, o como un grupo de emergencia para que los ayuden a lidiar con las emociones y el estrés.

Limpieza en el sitio de trabajo
Todos deben inspeccionar el lugar de trabajo para detectar riesgos y corregirlos o reportarlos. Mantener el orden y el aseo del sitio de trabajo:

  • No almacenar objetos apilados en los pasillos o salidas.
  • Asegurarse de que las luminarias, las cerraduras y los pisos estén en buenas condiciones.
  • Asegurarse de que el equipo, como carros y dispositivos de comunicación estén en buen estado de funcionamiento.
  • Evaluar el almacenamiento y uso de productos químicos en su instalación.
  • Impedir el acceso de los reclusos a sustancias químicas concentradas que se puedan utilizar como arma.
  • Mantener un estricto control de cuchillos y otros objetos punzantes que se puedan utilizar como armas.
  • Mantenerse vigilante durante la inspección del campus y de los perímetros.

Recuerde que su entorno de trabajo puede ser en interiores o en exteriores, y físicamente exigente. Es importante mantener su buena condición física, controlar el estrés, y recibir la capacitación adecuada para que pueda responder a cualquier tipo de emergencia en el trabajo. Su vida, y las vidas de los detenidos dependen de ello.