Cada año, la Patrulla de Caminos de California (California Highway Patrol, o CHP) informa de aproximadamente 500,000 colisiones, con 200,000 heridos y 4,000 muertos como resultado. Conducir a una velocidad peligrosa, hacer giros inapropiados, no ceder el paso, y desobedecer las señales de tráfico fueron las causas más frecuentes, que llevaron al Departamento de Transporte (Department of Transportation, o DOT) a estimar que dos tercios de las muertes vehiculares fueron causadas por la conducción agresiva.

La conducción agresiva puede ser causada por los viajes cada vez más largos, la congestión del tráfico y el comportamiento de otros conductores. También puede ser causada por su propio estado de ánimo, sus reacciones, y su capacidad para afrontar el estrés en la carretera y fuera de ella. La conducción agresiva se desencadena a partir de la ira, la suya o la de otros conductores. Los conductores agresivos tienen una mayor probabilidad de conducir a velocidad excesiva, hacer cambios de carril peligrosos, ignorar el derecho de paso y desobedecer las señales de tráfico. El comportamiento agresivo en la conducción incluye el acercarse demasiado al vehículo que tenemos delante, adelantamientos peligrosos, tocar la bocina, hacer gestos ofensivos o insultar a otros conductores.

No confunda la conducción agresiva con la furia del conductor. Tocar la bocina en medio del tráfico o hacer gestos insultantes no son cosas ilegales, pero pueden intensificarse y llevar a la furia del conductor. La furia del conductor es un acto criminal en el que un conductor trata de herir o matar intencionalmente a otro conductor, pasajero o peatón.

Contribuya a prevenir la conducción agresiva (y la furia del conductor) ajustando primero su actitud. Olvídese de la idea de “ganar” en la carretera. La conducción no es una carrera; no debe ser una competencia para ver quién termina primero. Asigne abundante tiempo para un viaje, de modo que si hay tráfico o cualquier otro retraso, usted puede mantener la tranquilidad. Piense en la autopista como una cinta transportadora: todos van a llegar a su destino eventualmente, por lo cual no hay necesidad de conducir a velocidad excesiva o de actuar de modo descortés para ahorrarse unos minutos.

Póngase en el lugar del otro conductor. ¿Ha cometido alguna vez un error en el camino, se ha perdido o no ha estado seguro de dónde girar? En lugar de enojarse con otro conductor que comete los mismos errores, deles el beneficio de la duda. Cuando usted cometa errores, reconózcalos e indíquelo con un asentimiento de cabeza o un saludo con la mano a los conductores que lo rodean. El comportamiento amable hace que la conducción sea más segura.

Tanto si está en Wall Street, como en un casino, o en la carretera, siempre habrá malos actores que quieren incumplir las reglas. Ignore a los conductores maleducados y a los malos conductores en el camino. A menos que usted sea un oficial de seguridad de tráfico, no es responsable de hacer cumplir las reglas del camino o de castigar la mala conducta de otros que van al volante. No trate de “dar una lección” a otros conductores.

Si se encuentra con un conductor enojado o agresivo en el camino, no le haga caso. Evite el contacto visual y no haga (ni retribuya) gestos o comentarios insultantes. Dé mucho espacio a un conductor enojado, poniendo distancia entre él y usted. Conduzca más despacio o salga del camino, si es necesario, pero no se aparte al costado del camino ni trate de “razonar” con un conductor enojado. Obtenga ayuda usando su teléfono celular o dirigiéndose a un lugar público, por ejemplo una estación de policía o un centro comercial.

Si usted piensa que tiene un problema de furia al conducir o con la conducción agresiva, obtenga ayuda. Las clases o consejeros para controlar la furia pueden ayudarle a lidiar con el estrés en su vida y en su auto que puede estar contribuyendo a su comportamiento.

Mantenga la tranquilidad en el camino y viva para trabajar y disfrutar un día más.