Los disolventes son tan comunes en muchos lugares de trabajo que los trabajadores se olvidan de lo peligrosos que pueden resultar. Se entiende por disolvente aquella sustancia, habitualmente líquida, que se utiliza para disolver otra sustancia. Aunque los disolventes pueden utilizarse sin riesgo, pueden provocar problemas de salud al contacto con la piel o al inhalar sus vapores. Aparte de los riesgos para la salud, los vapores de muchos disolventes son inflamables y explosivos.

Uno de los riesgos más comunes para la salud relacionados con el contacto con los disolventes es la dermatitis, la cual puede producirse tras uno o varios contactos. Puede dejar la piel susceptible a infecciones de corta duración o convertirse en un problema crónico. La exposición al disolvente puede provocar la sensibilización hacia éste, es decir, una reacción alérgica diferida que a menudo se agrava con posteriores contactos.

Uno de los peligros con los disolventes es que pueden afectar a la persona antes de que ésta se dé cuenta. Dependiendo del tipo y concentración del disolvente, los efectos del contacto van desde entre una leve irritación respiratoria a graves lesiones en los órganos y funciones corporales. En casos extremos, la exposición excesiva a los vapores de un disolvente puede causar insuficiencia respiratoria y la muerte.

Cuando se trabaja con disolventes es importante saber qué disolventes se están usando y qué medidas deben tomarse para protegerse contra su exposición nociva o peligrosa. Se recomiendan las siguientes medidas de seguridad:

  • Sepa con qué disolventes está trabajando.
  • Lea las etiquetas y las hojas de datos sobre seguridad de materiales de los disolventes. En ellas figuran los riesgos, efectos para la salud y las medidas para su manejo seguro.
  • Asegúrese de que el lugar de trabajo se encuentre adecuadamente ventilado.
  • Si se recomiendan, use guantes, anteojos y máscara, botas u otra ropa de protección, así como las cremas protectoras que se requieran.
  • Si se utilizan equipos de respiración, compruebe que ofrezcan la protección adecuada contra la exposición al disolvente.
  • Tenga precaución al verter disolventes de un envase a otro, ya que podrían incendiarse o explotar debido a la acumulación de electricidad estática.
  • Limpie rápidamente los derrames de disolvente.
  • Nunca debe lavarse las manos con disolvente.
  • Nunca se deben hacer trabajos de soldadura, corte, u otras acciones que requieran fuentes de ignición en lugares donde se usen disolventes.
  • Almacene los disolventes inflamables en áreas bien ventiladas, fabricadas de materiales pirorresistentes.
  • Sujete al piso y afiance todos los tanques y equipos para su almacenamiento.
  • Instale extinguidores de incendios en lugares accesibles de las áreas de almacenamiento y trabajo.

Como sucede con otras sustancias tóxicas en el lugar de trabajo, los métodos preferidos para el control de riesgos son su sustitución por otras sustancias menos tóxicas en operaciones de uso, la ventilación por aspiración local y el almacenamiento en envases cerrados.