Dependiendo del tipo de trabajo que realice, sus empleados pueden usar líquidos inflamables comunes como líquidos de limpieza, pinturas y gasolina. Es importante recordar que, si los líquidos inflamables no se manejan y almacenan adecuadamente, puede ocurrir un incendio o incluso una explosión. Los empleados deben recibir capacitación sobre cómo mantenerse seguros al usar este tipo de líquidos para la prevención de lesiones graves. También necesitan saber cómo almacenar los líquidos y comprender los peligros que involucra el uso de cada uno.

Lo que sus empleados necesitan saber sobre trabajar con líquidos inflamables

Los líquidos en sí mismos no se encienden. Sin embargo, a medida que el líquido se evapora, emite vapores que se mezclan con el aire y forman gases peligrosos. Estos gases pueden encenderse por pequeñas chispas, llamas abiertas, descargas eléctricas de un interruptor de iluminación o electricidad estática. Las superficies calientes, como las bombillas incandescentes y las antorchas de soldadura, también pueden causar ignición. Estos tipos de incendios pueden llegar a temperaturas mucho mayores que los que involucran madera o papel. Los líquidos inflamables no deben usarse cerca de puntos de ignición.

De hecho, estos líquidos deben usarse solo en áreas con buena ventilación. Los vapores que emiten suelen ser más pesados que el aire, por lo que se acumulan en las áreas más bajas a las que pueden llegar. Además, no todos los líquidos peligrosos emiten vapores que usted puede oler. Algunos vapores son venenosos además de inflamables. La ventilación, a través del movimiento natural o forzado del aire, puede ayudar a disipar los vapores. En lugares de trabajo sin buena ventilación, una pequeña chispa puede desencadenar un gran desastre.

Los líquidos inflamables tienen diferentes puntos de inflamación. Estas son las temperaturas mínimas a las que se evaporan y se vuelven susceptibles a la ignición. La gasolina, por ejemplo, se evapora a temperaturas tan bajas como -45° Fahrenheit. A medida que la temperatura aumenta, la tasa de evaporación incrementa y produce más vapores. Cuanto más bajo sea el punto de inflamación de un líquido inflamable, mayor será el riesgo de incendio o explosión.